Belén Ojeda: la mujer que convirtió la maternidad temprana en su templo de sabiduría

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Scarlet Ibarra (Sca)
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Voces Emergentes
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Jul 9, 2025
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A los 21, Belén Ojeda sostenía en brazos a su primera hija y, con ella, la pregunta brutal del destino:
¿cómo se aprende a maternar cuando ni siquiera se ha terminado de ser hija?

En una pequeña ciudad del norte argentino, donde las rutinas suelen dictarse entre el calor y la costumbre, Belén no tuvo tiempo de romantizar nada. No hubo camino de rosas, ni cuentos de hadas, ni brújulas claras. Lo que hubo fue vértigo, contradicción y, sobre todo, un parto doble: nació su hija… y empezó, sin saberlo, el alumbramiento de una mujer que hoy acompaña a otras mujeres a parirse a sí mismas.

Hoy, con 28 años, dos hijas y una trayectoria en pleno ascenso como coach ontológica y terapeuta holística, Belén no busca “enseñar” desde un podio. Su lenguaje está tejido con una fibra íntima, de las que nacen solo después de haber caminado descalza sobre las brasas de la autoexigencia, el juicio y el miedo al error.
“No era solo una madre intentando sobrevivir, era una mujer que empezaba a elegir su vida con consciencia”, dice, como si el verbo elegir fuera el verdadero giro de la trama.

El mapa interior como brújula

Lo que para otros fue caos, para Belén fue un código. Cada pregunta sin respuesta, cada lágrima sin testigo, cada noche en vela, se fue convirtiendo en parte de su método. Primero, como herramienta para sobrevivir a sus propios procesos. Después, como puente para acompañar a otras.

“No tenía que ser fuerte. Tenía que ser honesta”, reflexiona. Esa fue su primera gran lección.
Y desde ahí nació su propósito: aprender, integrar y compartir.
No como teoría. Como alquimia vivida.

Formada como Coach para la Vida y el Trabajo, especializada en enfoque sistémico y recursos holísticos, Belén hoy diseña sesiones que no prometen milagros ni fórmulas mágicas, pero sí un espacio de encuentro radical con una misma: donde las emociones no se corrigen, se escuchan. Donde los patrones no se condenan, se comprenden. Donde el propósito no se busca, se recuerda.

Un espacio que no exige resultados, sino presencia

Su propuesta es simple, pero inmensa: acompañar mujeres en tránsito.
Mujeres que han parido hijos o ideas. Que están en duelo o en reinvención. Que sienten que algo dentro de ellas se está abriendo, pero aún no tienen las palabras ni el mapa.
Para ellas, Belén no da respuestas: hace preguntas con el filo justo para abrir sin herir.

Utiliza herramientas de coaching ontológico, reflexión guiada, escritura, afirmaciones y visualizaciones. Y sobre todo, escucha. Esa práctica cada vez más escasa en tiempos de prisa emocional.

“Creo que el coaching no es solo una herramienta, sino un puente: entre la vida que vivimos y la vida que deseamos habitar”.

Ese puente se construye sesión a sesión. Y se pisa descalza, como lo hizo ella.
Con verdad. Con humanidad. Y con una dosis alta de ternura radical.

Maternar desde el ser

Hoy, sus hijas la observan con otra mirada. Ya no es la madre que corría tras las urgencias. Es la mujer que eligió transformar su historia en servicio, su maternidad en maestría, y su voz en una medicina dulce pero firme.

Desde Corrientes Capital, su labor empieza a expandirse. Próximamente lanzará cursos grupales, espacios digitales y propuestas que acompañen también a mujeres que no pueden acceder fácilmente a una guía amorosa y profesional. Porque para Belén, el bienestar no debería ser un lujo, sino un derecho emocional básico.

Como dice en sus propias palabras:

“Todo puede comenzar con una sola conversación”.

Y quizás esa conversación empiece así: con el nombre de una mujer que un día se atrevió a decir , incluso cuando no tenía idea de lo que venía.